Uno de los desafíos principales para la proliferación de ciudades inteligentes, es contar con una capacidad robusta de Internet, capaz de soportar el aumento de la demanda por conexiones más rápidas, seguras y que permita que el nivel de interacciones que se realizan a cada segundo y el nivel de flujo de datos que se generan en un entorno de estas características, se haga sin dificultades. En este sentido, la llegada y despliegue masivo de una red 5G en diferentes espacios urbanos se transforma en una necesidad fundamental con un gran potencial.
En Chile, por ejemplo, se espera que la red esté habilitada y en funcionamiento durante 2021, lo que abre las posibilidades a la materialización de nuevos planes y políticas que puedan enmarcarse dentro de la construcción de smart cities. En este sentido, es claro que la red 5G jugará un rol fundamental en el desarrollo de las ciudades inteligentes, con mejor coordinación, menores costos y una gestión más eficiente del territorio, a través de la infraestructura y diversos servicios que les permitirán estar mejor preparadas para el futuro. Luz María García, gerenta del programa Sé Santiago, afirma que el 5G desarrollará «una mejora sustancial para el monitoreo de las urbes. Por ejemplo, con el uso de inteligencia artificial en el control de luminarias en las ciudades, semáforos, entre otras aplicaciones que generen una mayor eficiencia a nuestra ciudad».
Uno de los casos emblemáticos cuando hablamos de ciudades inteligentes es el de Barcelona, ubicada tercera en el ranking del informe “Smart cities: understanding the challenges and opportunities”, y antecedida por Singapur y Londres, listadas en el primero y segundo lugar respectivamente. La capital catalana viene realizando un trabajo de transformación digital que pronto cumplirá una década y que fue iniciado por la incorporación del Internet de las Cosas (IoT) en 2012 en el espacio urbano. Con este nivel de experiencia acumulada a lo largo de los años, resulta evidente que se aprecie una demanda creciente por una mejor y más robusta conectividad.
A través de un trabajo coordinado entre el mundo público y privado, desde 2019 que Barcelona viene implementando planes pilotos de 5G en áreas especialmente sensibles dentro de la ciudad, que incluyen movilidad urbana, educación remota, seguridad ciudadana, compras online y el sector industrial, por nombrar algunas. Éste es sólo un ejemplo de las posibilidades que se presentan en términos de transformar un espacio urbano análogo hacia uno smart gracias a la tecnología.
De acuerdo a datos entregados por el World Economic Forum, hacia 2030, en menos de una década, el 60% de la población mundial estará viviendo en ciudades. Ese número crecerá hasta 70% en 2050, lo que representa un estímulo adicional para las entidades involucradas en el desafío de construir más y mejores ciudades inteligentes en distintas partes del planeta. Para lograr ese objetivo, será fundamental que no sólo el 5G nos muestre toda la capacidad que tiene, sino que en la medida en que eso ocurra, se sigan generando políticas públicas, planes y programas destinadas a mejorar la calidad de vida de las personas. Y con la tecnología, esto es cada vez más posible.